1. Determina el género por el cual comenzarás. Para los lectores ávidos esto no es problema; sin embargo, para los primerizos, puede resultar un poco intimidante la amplia selección de títulos y temas para leer. No te preocupes, a todos les pasa. Te sugerimos recurrir a los clásicos, los bestsellers y las listas de los libros más leídos de tu librería o biblioteca más cercana o las recomendaciones de tus conocidos, pues hay grandes posibilidades de que encuentres algo que te gusta en lo que otros ya han recomendado.
2. Empieza con algo sencillo. No es necesario que te compres la tienda de libros completa, puedes comenzar por sacar un libro de la biblioteca o pedir a alguno de tus conocidos que te preste alguno, así podrás iniciar poco a poco sin comprometer tu presupuesto. Además, con la era digital a todo lo que da, los préstamos y compras pueden hacerse más rápida y económicamente por Internet. Empieza adquiriendo un libro (con cualquiera de los métodos mencionados) para poder terminar de leerlo.
3. Lee a diario. Como todo hábito, si quieres adquirirlo, debes ser constante. Es difícil, pero trata, aunque sean sólo unos minutos. De esta forma cada día y cada semana te será más fácil ir agregando minutos a tu tiempo de lectura.
4. Plantéate una meta. Para poder adquirir un hábito es necesario enfocarlo a una meta específica. Ya sea que busques convertirte en experto en algún tema o conocer un poco de todo, incluye en tus objetivos alguna meta como “leer un libro cada mes”, para que el tiempo diario que dediques a tu lectura pueda sumarse a tu meta final.
5. Mantente cerca de tu lectura. Procura tener tu material de lectura a la mano para que te sea más fácil acceder a él cuando tengas unos minutos libres en tu día; como al esperar por un evento o antes de dormir.
6. Trata de relacionar tu lectura con algo agradable. Si lo ocupas para relajarte o divertirte en tu tiempo libre y no como una obligación, te será aún más fácil leer a diario. Puedes incluso hacer un ritual, como prepararte una bebida caliente y recostarte en tu lugar favorito para prepararte para leer y relajarte.
7. Escoge variedad. Todos tenemos un tema o género al que preferimos sobre los demás, y es importante que disfrutes lo que leas y leas lo que más puedas sobre este tema en particular. Sin embargo, nunca sabrás si algo te gusta o no hasta que no lo hayas probado (o en este caso, leído). De vez en cuando, busca algo diferente a lo que estás acostumbrado y date la oportunidad de descubrir un nuevo apasionante tema.
8. Comparte tus avances. Si tú y tus amigos están leyendo el mismo libro, es enriquecedor compartir lo que han avanzado, lo que les pareció interesante, cómo se imaginaron tal o cual parte.
Como con varias actividades similares, hacerlas en grupo puede motivarte; en el caso de la lectura, leer en grupo te invitará a querer tener algo de qué comentar con tu equipo la próxima vez que se reúnan y platiquen sobre lo que están leyendo. Sólo recuerda no comentar sobre el final antes de que todos terminen el libro.
9. Ten a la mano un diccionario. Si tu libro tiene términos que no conoces, no te frustres, agarra un diccionario y localiza las palabras que no te son familiares, así no terminarás por abandonar la lectura antes de siquiera completar un nuevo libro.
Acuérdate que los libros, entre otras cosas, permiten incrementar tu vocabulario, así que habrás aprendido muchas cosas nuevas para cuando finalices tu lectura.
10. No es una desgracia. No veas a la lectura como una tarea pesada o algo que debes hacer sin que tenga satisfacción para ti, sino como la oportunidad de expandir tus horizontes, descubrir nuevos favoritos, tener una gran fuente de inspiración y aprender nuevas cosas sobre ti mismo.
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